Perro de asistencia a minusválidos
Es posible enseñar a un Labrador la forma de satisfacer las necesidades de las personas minusválidas; empujar una silla de ruedas, recoger objetos caídos, abrir ciertos tipos de puertas, ponerse en pie y pulsar timbres, ayudar a desvestirse o incluso abrir secadoras de la ropa y sacar la colada seca. Son capaces de aprender más de 50 órdenes para facilitar la autonomía a sus amos, que no tienen la necesidad de pedir ayuda a otra personas.
El Labrador desempeña además una gran labor terapéutica, ya que supone un gran estímulo para su dueño y le ayuda a superar sus límites. Además ayudan a mejorar la relación del minusválido con su entorno, facilitando su integración en la sociedad ya que se siente más seguro acompañado de su Labrador.
Todas estas actividades ofrecen una estimulación física y mental para el Labrador bien entrenado. Una ventaja adicional es que las personas discapacitadas suelen ser reconocidas y aceptadas más fácilmente cuando van acompañadas de un perro.